Por: Ana Dolores Román, Gerente General Pfizer Colombia y Venezuela
Sin importar la industria, los trabajadores están expuestos constantemente a múltiples factores que pueden comprometer su bienestar físico, psicológico y emocional, de ahí la necesidad de reconocer, evaluar y controlar los riesgos que puedan afectar la seguridad y la salud en los espacios laborales.
La Organización Internacional del Trabajo, OIT, estima que 2.78 millones de trabajadores mueren cada año a causa de accidentes laborales y enfermedades relacionadas con el trabajo, y otros 374 millones sufren accidentes laborales no mortales. Esto equivale a 7.500 muertes por condiciones de trabajo inseguras e insalubres cada día, 6.500 de las cuales pueden atribuirse a enfermedades relacionadas con el trabajo, y 1.000 a accidentes laborales.1
Una cultura de seguridad y salud en el trabajo puede ayudar a reducir considerablemente el número de muertes y lesiones durante la actividad laboral. Por este motivo, desde el 2003, cada 28 de abril, se celebra el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, SST, una campaña de sensibilización dentro de la estrategia global de la OIT destinada a centrar la atención internacional sobre la magnitud de este problema y sobre cómo ayudar a promover el trabajo seguro, saludable y apropiado.2
Para este año la conmemoración se centra en "Garantizar la seguridad y la salud en el trabajo en un clima cambiante", pues los efectos del cambio climático repercuten en la salud de las personas y el planeta, lo que supone mayores riesgos para los trabajadores de todo el mundo. El peligro que traen consigo los patrones cambiantes del clima como el calor excesivo, la radiación ultravioleta, los fenómenos meteorológicos extremos, la contaminación del aire en el lugar de trabajo, los cambios en el uso de productos agroquímicos, entre otros, pueden desencadenar muchos problemas de salud, como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, respiratorias, y los trastornos mentales.2
De este modo, es de vital importancia fomentar el trabajo en conjunto entre actores públicos y privados para implementar políticas sociales que contribuyan a la mitigación y adaptación al cambio climático. Para mí, es motivo de orgullo que desde Pfizer podamos contribuir a esta estrategia, el diseño de nuestra sede se ha adaptado a las nuevas necesidades de nuestra cultura organizacional, privilegiando zonas sociales, de innovación y de colaboración, y el compromiso de que las obras que se realicen sean carbono cero, es decir, compensar su huella de carbono y huella hídrica al finalizar todas las labores. Además, ha incorporado alta tecnología para reducir el consumo de energía y espacios inclusivos, para personas con distintos tipos de discapacidades, y así estar a la vanguardia de las medidas de mitigación ambiental y del desarrollo profesional diverso en el país.
Para Pfizer Colombia lo más importante son nuestros colegas, estamos conscientes que avivar bienestar y seguridad, incide en un óptimo rendimiento, además de generar sentido de pertenencia y apropiación, más aún sobre el cuidado del medio ambiente. Es necesario tomar medidas inmediatas para evitar consecuencias catastróficas y garantizar un futuro sostenible a las generaciones venideras.